Postales de México II

23 de enero de 2008.
San Cristobal de las Casas, Estado de Chiapas, México.

Quizás alguien que tuviera la suerte de pasar por Antigua Guatemala pero la mala de carecer de la sensibilidad para escuchar lo que las ciudades dicen por lo bajo, diría que San Cristobal de las casas es igual. Yo digo que sólo se parece quizás en las fachadas antiguas de sus casitas tan bien conservadas sin la violencia de ninguna construcción fuera de estilo. Las Iglesias se erigen hermosas y sencillas. Quizás eso las hace más hermosas. Quién coincide conmigo en que la mayoría de las maravillas de las que uno puede ser testigo tienen esa indispensable característica... sencillez.
Se me hace necesario descargar sobre el papel la emoción que me produjo el pueblo. La gente oscura, la gente sencilla. Personas. Personas que con una sonrisa pueden desatar la conmoción más profunda, el contacto con la más simple humanidad. En ninguna de las magníficas iglesias que conocimos pude dejar de preguntarme a quién podría importarle el estilo barroco, las cúpulas, el neoclacisismo y allegados cuando la verdadera belleza está arrodillada con las manos juntas y los ojos cerrados frente al altar.
La fe del pueblo no se paga. No se debate en grandes concilios. La fe del pueblo no se compra, es humilde como humilde es su oración. La fe del pueblo tiene manos ásperas y piel curtida bajo el sol. La fe del pueblo es la lluvia que cayó y evitó que se perdiera la cosecha. La fe del pueblo no sabe de altas disquisiciones teológicas pero sí de saberse escuchada en el dolor, de sentirse sostenida aún abrazando la pobreza. La fe del pueblo sabe de los santas y cada uno su oración. La fe del pueblo es consciente de la condena al olvido pero también de que hay al menos Uno que nunca olvida.
La fe del pueblo no se fragiliza ante las exigencias para llegar al cielo, quizás ni las conoce y mejor así. La fe del pueblo es una fe pura que celebra cuando hay fiesta y hace el duelo y llora cuando la muerte trae el dolor. La fe del pueblo le hace un culto a la vida... y yo se la agradezco a Dios.