Lo grave



Son las ocho de la noche. Tomo té y fumo. San Telmo de noche me da ganas de habitarlo, pero solo de noche, después sale el sol y se me pasa. Habito san Telmo de noche y nada me habita. Hace meses siento una fuga. Espero a Silvina, socia y amiga, reunión de trabajo: trabajo no redituable, valga aclarar. Eso que llamamos pasión. Eso que amamos u odiamos, valga a aclarar. Sigo tomando te y fumo. Por suerte pasó la ola polar. Ya no tanto frío, ya no tantas muertes, ya no tanta culpa por las noches calentitas. No consigo achicar la letra, quisiera tener la letra más pequeña y no puedo. Si pudiera hacerla más linda tampoco me ofendería. Será por zurda, me pregunto. Me sigo preguntando cuántas cosas serán por zurda. Recuerdo que de chica, frente a la ineficacia para cortar derechito con la tijera, mi mamá me dijo que alegara frente a la maestra ser zurda. Estigmas. Nada grave considerando con lo que otros tienen que vivir. Yo sigo cortando mal, pero ahora simplemente alego falta de ejercicio. San Telmo está lindo. El parque Lezama está lindo. Viviría en San Telmo de noche, pero no en la noche turística, sino en la de barrio.
Hay silencio en la calle. La gente pasa. Algunos miran. El cigarrillo, el termo y yo estamos bien, no nos molestan las miradas. Claro que de a ratos me pregunto por qué nos miraremos así en la calle, pero no me refiero al contacto visual de reconocernos, sino al de registrarnos, mirar como con rayos x, como en una radiografía. Pasan los minutos, conozco la impuntualidad de Silvina, tampoco es grave, es elegante. Mientras pasan esos minutos y reflexiono sobre impuntualidades elegantes, me voy cuenta de que hay cosas en las que no estoy queriendo pensar. Claramente hay que me dice que no sería prudente encontrarme meditando sobre todas las cosas que vienen perdiendo sentido en mi vida. No quiero sonar fatalista, no es grave, pero no es prudente pensar en eso ahora, no en medio de San Telmo de noche entre mi cigarrillo y el té y el frío que ya no hace. Hoy por hoy prefiero aferrarme a determinadas ignorancias. Eso es lo verdaderamente grave.

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